Recorrido: 1,61 km (paseo circular)
Tiempo: 40´
Dificultad: fácil
Es un pequeño paseo por el bosque de Labaniego con salida y regreso andando desde el mismo pueblo. Se trata de un recorrido circular de dificultad baja, de gran belleza y valor natural. La ruta nos adentra en el bosque que rodea la población, y si vamos con cuidado, es posible podamos observar algún animal salvaje en nuestro caminar.
Salimos desde la explanada cementada que hay al final del pueblo y tiramos por el camino que sube a la izquierda. Enseguida dejamos ala derecha unas grandes columnas de hierro, y a unos 50 metros abandonamos el camino para continuar por una senda que sale a la derecha y que se adentra en un pequeño pinar silvestre. Nos puede ayudar como indicación una tablilla de madera señalizando el camino. El pinar se transforma enseguida en un bosque mixto de castaños bravos y robles principalmente, aunque también podremos encontrar otras especies como madroños y avellanos. El porte de algunos robles es importante con alturas que superan los 20 m.
Pronto llegamos al ecuador del paseo donde se encuentra la fuente del bosque, antigua construcción en piedra y hoy día prácticamente seca todo el año. Es un buen lugar para sentarse un rato y disfrutar de la paz y belleza del entorno. Hasta aquí mismo llegaban los límites y muros del antiguo convento de San Fructuoso, que siglos atrás ocupaba estos parajes.
Retomamos la senda ahora ya de vuelta y en sentido descendente hacia Labaniego. Esta parte del robledal es la que tiene los árboles más antiguos y de mayor envergadura. La senda ahora discurre camino de regreso en paralelo al cauce del arroyo ”Rodicós”. EL paseo en este tramo se hace fácil y muy placenteramente. Así en unos 500m,. nos incorporamos al camino natural de “la conquista romana” que seguimos a la derecha para enseguida llegar a la entrada de Labaniego.
Lo primero que vemos al llegar es la antigua era del pueblo , hoy con unas columnas de hierro de un proyecto inacabado para ubicar un eco-museo. Igualmente encontramos un área recreativa, con mesas de piedra donde poder reposar un rato y comer algo si apetece.
Es fácil que podamos encontrar a la entrada del pueblo algún animal suelto; burros, caballos, ovejas o cabras de una pequeña granja que está preparando un vecino joven del pueblo.