ÁRBOLES MONUMENTALES DE LABANIEGO

Por Rosa&Javier

En España contamos con una gran  riqueza poco valorada: una media de 1,2 Ha de superficie arbolada por habitante, cuatro veces más que la media europea y ocho veces más que en Alemania, Irlanda o Italia. Es algo que nos debe llenar de orgullo, así como de respeto hacia nuestros ancestros, que los plantaron, protegieron e incluso veneraron.

La adoración de la humanidad a los árboles monumentales es origen de arraigadas leyendas y costumbres, transmitidas de generación en generación. Una de ellas es la de los pueblos que se reúnen bajo las frondosas ramas de un árbol para las decisiones importantes de concejos, juntas comarcales, cofradías, amigos, ancianos, mujeres, pastores, cazadores, etc.

Dichos árboles se encuentran amenazados continuamente por enemigos como plagas y enfermedades, incendios o talas indiscriminadas de personas sin escrúpulos. Por eso es tan importante catalogarlos, para protegerlos y hacer que las generaciones futuras puedan también disfrutarlos.

La singularidad concede a los árboles sobresalientes merecer un nombre propio, que puede ser el de la localización donde se emplazan y crecen. Frecuentemente se nombran en femenino, con apelativos como el de la Olma, la Chopa, la Nogalona, la Carbaya o la Castañalona. También es corriente usar el aumentativo, debido a sus dimensiones considerables, como el Roblón o el Enebrón.

proteger los bosques

En Labaniego, un pequeño pueblo del Bierzo, contamos con una importante colección de árboles monumentales o singulares.

Aunque numerosos árboles han desaparecido, aún siguen en pie abundantes ejemplares realmente excepcionales, unas veces por su gran copa, otras por su belleza, por su singularidad o por su simbolismo y las más por su dilatada edad o asombrosa envergadura.

2011_0823las_melonas0006El pino piñonero (Pinus pinea) es muy conocido por su copa aparasolada, pero sobre todo por ser el productor de los apreciados piñones comestibles. Típica especie mediterránea, es muy resistente al calor y a la sequía y, por contra, sensible al frío, creciendo hasta los 1.000 m de altitud. Los pinares de esta especie constituyen montes aclarados, que conforman un paisaje adehesado similar al de los encinares y alcornocales. En leonés se llama en femenino  «la piñonal».

En Labaniego, como atípico y fuera de su hábitat natural, se encuentra un extraordinario ejemplar de este pino en medio de El Sardonal, con una altura aproximada de 20 m y perímetro de 3,50 m.

2011_0905las_melonas0023El roble (Quercus pyrenaica) cuenta con hojas grandes, aterciopeladas y lobuladas. Cubre grandes extensiones en los terrenos silíceos de toda la orla montañosa de la región desde los 800 m hasta los 1800 m de altitud. Produce una gran cantidad de chirpiales o brotes de raíz que rebrotan vigorosamente tras ser castigado por incendios y cortas. Por esta razón, la mayor parte de la superficie total de esta especie está constituida por los llamados rebollares, montes bajos y muy densos de esta especie. El roble ha representado un papel legendario sin precedentes en culturas ancestrales, como es el caso de los celtas. Por su utilidad múltiple y envergadura proverbial ha pasado a convertirse en el rey de los árboles y la vegetación, representando el árbol de la sabiduría suprema.

En León se conoce este tipo de roble como “rebollo”. Hay grandes ejemplares en Labaniego, destacan dos magníficos conocidos como “las rebollas”, con enormes perímetros de 3,70 m y 4,60 m. Se encuentran en la cara norte de El Sardonal, en “los sesteaderos”, lugar donde se reunían y sesteaban con el ganado las gentes de la zona bajo sus frondosas copas. Hace unas décadas la actividad minera deterioró la zona, pero afortunadamente los vecinos obligaron a la empresa a respetar estos ejemplares.

2011_0919las_melonas0030La encina o carrasca (Quercus ilex) constituye el árbol emblemático de la Península Ibérica. Los encinares que se ubican en montes bajos se denominan carrascales. Es una especie mediterránea y xerófila, muy resistente a la sequía y al calor, pero también a los fríos invernales de nuestras tierras bercianas. En leonés se llama xardón. Las encinas alcanzan una longevidad proverbial, frecuentemente pueden ser milenarias. Los ejemplares gigantescos de encina, desde la antigüedad han sido considerados como árboles venerables.

En León hay grandes ejemplares de encina, apreciados por sus grandes cosechas de bellota, ancestralmente utilizadas para engorde del ganado y como leña para las viviendas. En Labaniego los ejemplares no son de prodigioso tamaño, pero sí se mantienen dentro de El Sardonal algunas viejas encinas con perímetros superiores a los 2 m, como la del paraje de “La Cerca”, con artísticas y retorcidas ramas que conforman una base perimetral de 2,60 m.

2011_0911las_melonas0012El castaño o castañal (Castanea sativa) crece principalmente en las comarcas silíceas y relativamente húmedas, hasta los 1000 m de altitud. Es una especie autóctona que se encuentra en España desde hace milenios, aunque los celtas extendieron y ordenaron su cultivo. Abunda en las comarcas occidentales de León (Bierzo y La Cabrera). Su crecimiento se ha visto mermado por el ataque de varias enfermedades como la tinta y el chancro, por lo que se trata de una especie amenazada y protegida. En leonés se llama “la castañal”.

Se trata de un árbol muy longevo capaz de alcanzar tallas gigantescas. Las castañas, que maduran hacia el día de Todos los Santos, fiesta ancestral del magosto asturleonés, han sido un alimento muy apreciado pero también simbólico y funerario. Encontramos importantes ejemplares en Labaniego que aún perviven a pesar de los estragos de las enfermedades y fuegos. Destacan un grupo de centenarios castaños junto al pueblo, en “La Canalina”, con perímetros de 3,90 m, 4,50 m y 4,80 m.

2011_0906las_melonas0004El olivo (Olea europaea) crece de forma silvestre (acebuche) en los valles más templados de León. Tradicionalmente se han plantado olivos en los alrededores de iglesias y ermitas, apreciados por su valor ceremonial y su significado de eternidad por su longevidad. Estas razones han dado al olivo un rango especial y en numerosas localidades ha mantenido viejísimos ejemplares, como los de Labaniego, tres centenarios olivos que protegen y escoltan la iglesia de Santiago. Sus diámetros son de 4 m, 4,10 m y 4,40 m. Su trascendencia es tal que tienen un reconocimiento a nivel provincial y regional como árboles monumentales.

La peralonaPor último, el peral (Pyrus) es un árbol frutal perteneciente a la familia de las rosáceas, la misma que el manzano. El género tiene alrededor de 30 especies con frutos carnosos, las peras. Es originario de las zonas templadas de Europa y Asia; a lo largo de los siglos se han ido seleccionando variedades a partir de los perales silvestres y las especies de perales asiáticos, que se cultivan mucho por su fruto en regiones templadas de clima fresco y húmedo de todo el mundo. Son árboles de tamaño mediano, que alcanzan de media 10–17 m de alto, a menudo con una coronación alta y estrecha, aunque en el caso del peral silvestre alcanza unos 20 metros de alto. El peral silvestre prefiere bosques y matorrales, zonas de media montaña, junto con robles y olmos. Se le puede encontrar desde la llanura hasta la montaña. En Labaniego encontramos un peral de dimensiones extraordinarias, conocido como “La peralona”. Su tronco central sufrió un accidente en una tormenta y se partió, pasando de una altura de 20 m a su actual de 12 m.  A pesar de eso, su porte es aún majestuoso, su grosor alcanza un perímetro fabuloso de 4,5 m.  Podemos visitarlo en la zona de las huertas, que se ubica  debajo de la Plaza de la Poza del pueblo.

¡Perderse en el bosque de Labaniego puede ser un viaje fascinante por la Naturaleza y la Historia de nuestra tierra,  os invitamos a realizarlo  para contemplar in situ nuestro valioso patrimonio natural y paisajístico !

http://www.amorteira.org/  (La Web de los árboles singulares del Bierzo)

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