Urdiales de Colinas (pueblo deshabitado)

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Artículo publicado en un interesantísimo blog dedicado a los pueblos deshabitados de España. Se incluyen tambien algunos que cuentan con un minimo de población y otros que pese a estar en vias de recuperación, no cuentan con población estable

Urdiales de Colinas (León)

Situación actual : Deshabitado.
Altitud : 1.240 metros.
Distancia en kilómetros a :
Bembibre : 36 km.
León : 90 km.
Madrid : 391 km.
Acceso : Por la carretera de Igüeña a Colinas del Campo de Martin Moro, poco antes de llegar a este ultimo pueblo sale una pista señalizada sin asfaltar en regular estado de 7 km. de recorrido hasta Urdiales.
Comarca : El Bierzo.

 

 Urdiales de Colinas es un pintoresco pueblo situado al final de un angosto valle cerrado por un anfiteatro montañoso. Pueblo muy aislado, alejado de otros pueblos y con muy malas comunicaciones. Inviernos muy largos de mucha nieve y veranos muy cortos, donde incluso en el mes de Julio hay muchos días desapacibles.
Llegó a contar en sus buenos tiempos con unas 35 viviendas que se dedicaban a la ganadería (vacas,ovejas y cabras), siendo sus campos sembrados principalmente de centeno, que es el cereal que mejor se adapta a las alturas. A mediados del siglo xx la mayoría de los habitantes empezaron a ir a trabajar a las minas de carbón de Bembibre, lo que fue una de las causas de la emigración de sus vecinos ,que tenían que hacer largos trayectos por malos caminos y con todo tipo de inclemencias meteorológicas para ir a la mina, por lo que la gente optó por trasladarse a vivir al lado de donde tenia el trabajo. Esto unido al aislamiento que padecía y la falta de infraestructuras ocasionó la marcha paulatina de la población. Marcharon en su practica totalidad a Bembibre, concentrados además en un mismo barrio de este pueblo. La señora Magdalena y su marido fueron los últimos en echar la llave a la casa allá por el año 1.970.
El cura y la maestra residían en el pueblo y el medico venia a caballo por caminos muy montuosos desde Noceda, igual de complicado trayecto tenia el cartero que vivia en el vecino pueblo de los Montes de la Ermita y bajaba a buscar la correspondencia a Igüeña para luego repartirla en estos dos pueblos y en Colinas del Campo.
Las fiestas patronales dedicadas a la virgen del Rosario se celebraban en Mayo y en la actualidad se celebran el segundo domingo de Julio.
Antaño tuvieron luz eléctrica en las casas proveniente de un salto de agua llamado la fabrica río arriba del pueblo pero algunos vándalos dañaron las instalaciones y tuvieron que volver a los candiles.
El juego de bolos solía ser el entretenimiento de los jóvenes en los pocos ratos libres que había en aquellos tiempos, además de jugar a las cartas.
En Urdiales existía la costumbre de echar el filandón, que consistía en una reunión de varios vecinos después de cenar en alguna casa sentados en los escaños alrededor de la lumbre contando historias, anécdotas y cuentos pasando unas veladas agradables, a la par que algunas mujeres aprovechaban para hilar la lana.La gente joven también hacia una especie de filandón en alguna habitación ó pajar donde se contaban chismes y vivencias. Esta tradición se daba además de en zonas de León, en parte de Asturias y de Galicia, normalmente solía ser en pueblos muy aislados y recónditos donde apenas había entretenimientos posibles.
Después de estar el pueblo más de veinte años en completo estado de abandono, en 1.998 se empezaron a rehabilitar algunas casas por los que se fueron y actualmente están tratando de sacar adelante a Urdiales y que resucite de sus cenizas. Están llevando a cabo una incondicional labor de mejora del pueblo, han arreglado el camino de acceso al pueblo, donde antes era un camino para caballerías ahora puede llegar cualquier vehículo, han recuperado las fiestas cambiándolas a Julio con numerosa presencia de los antiguos vecinos, tienen agua en las casas, luz de momento no pero lo solucionan con generadores,han hecho un merendero a la entrada y poco a poco este bellisimo pueblo del Alto Bierzo va superando escalones para conseguir salir a flote.

 El camino de acceso al pueblo, paralelo al río que nos lleva a uno de los pueblos más reconditos de la provincia de León : Urdiales de Colinas.

La entrada al pueblo es espectacular : cruzando el puentecillo nos adentramos en un mundo de piedra y pizarra.

 La entrada al pueblo por el lado contrario, igual de vistosa.

La iglesia de Santa Barbara en la parte más alta del pueblo. Las campanas y los santos se guardan en Igüeña para salvarlas del expolio, solo para las fiestas vuelven a su lugar original.

La escuela de Urdiales. En los años en que el pueblo estuvo abandonado, «alguien» se cobijó entre sus muros e hizo una lumbre con resultado tan nefasto que ardió todo el edificio.

Vista del pueblo desde los prados que hay junto al río.

Arcaico y a la vez esplendido rincón con viviendas antiguas con el característico balcón corrido recubierto de tablazón.

La vivienda del medio fue la ultima en cerrar sus puertas y marchar. Gran disgusto y desazón se llevaba la dueña de esta casa cuando el pueblo ya estaba en su agonía y alguien le anunciaba su pronta marcha del pueblo, viendo que cada vez quedaban menos vecinos y se quedaban solos. Impresionante revelación como seguramente la de todos los que les ha tocado ser los últimos en marchar de su pueblo.

 La casa del cura, en estado de ruina.

Otra calle del pueblo. Escalera exterior ó patín para acceder a la vivienda. La planta baja era para el ganado.

Ejemplo de rehabilitación de una vivienda respetando el modelo antiguo, se recubre la pared de los ladrillos de cemento con otra pared de piedra tosca y tablazón de madera en el corredor de arriba.

Otra vivienda rehabilitada que en su primitiva fisonomía era el bar del pueblo.

La calle principal con viviendas restauradas con las nuevas comodidades de puertas y ventanas pero respetando la fisonomía antigua.

Sin embargo unos metros más adelante en la misma calle el panorama es bien distinto : ruinas por doquier y solo la presencia de banderines delatando las huellas de las ultimas fiestas patronales ponen un poco de brillo en la calle.

Una de las numerosas fuentes que tenia el pueblo, el agua no faltaba.