Un millar de árboles buscan padrinos

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Dos iniciativas, una pública en el Bierzo y otra privada en el Órbigo, alientan la adopción de árboles como recurso económico sostenible y como disfrute de experiencias en el campo para urbanitas 

06/07/2011 ana gaitero | león 

José Alonso en la finca de Villoria de Órbigo. Los cerezos, protegidos para evitar los pájaros.. jesús f. salvadores

Volver a la tierra es posible sin tener casa o huerto en un pueblo. Dos iniciativas, una pública en Balboa, la puerta de los Ancares, y otra privada, en Villoria de Órbigo, ponen al alcance de la mano el contacto real con la naturaleza mediante la adopción de árboles.

El Ayuntamiento de Balboa ha creado un banco de castaños para poner fin al abandono de soutos milenarios por culpa de la despoblación y del envejecimiento del mundo rural. «Hemos reunido siete hectáreas de castaños, con unos 250 árboles, y buscamos personas que se comprometan a limpiarlos al menos una vez al año. A cambio podrán recoger sus frutos», explica el alcalde, José Manuel Gutiérrez Monteserín.

En el Bierzo hay 20.000 hectáreas de castaño, lo que representa el 50% de la superficie de esta especie en Castilla y León. Es, además, el cultivo más extendido desde tiempo inmemorial de la comarca del Bierzo.

Pero, como apunta la Asociación A Morteira en su estudio sobre el castaño, «el progresivo abandono del medio rural, las enfermedades y la falta de perspectivas económicas están haciendo desaparecer los bosques de castaños, los soutos ». De hecho, se contabilizan casi 6.000 hectáreas de castaño semiabandonadas y otras 5.000 abandonadas.

Resolver este problema por la vía del mercado y la producción se presenta como algo «muy complicado» para los expertos. La conservación de los soutos, mantienen, pasa por su valoración como elementos patrimoniales; la Asociación de Agricultores Bercianos confía en la castaña como un «revulsivo económico» para la comarca.

Para facilitar las primeras adopciones, el Ayuntamiento de Balboa entrega el soto limpio el primer año. A partir de ese momento, son las madrinas y los padrinos quienes se tienen que ocupar de la limpieza del castaño. La adopción es «un camino válido para ayuntamientos con pocos recursos» y también una forma de difundir entre la población «urbanita» la cultura de la tierra, apunta el coordinador de la Casa de las Gentes de Balboa, Pepe Alonso.

Casi en el otro extremo de la provincia y en una de las zonas de regadío más prósperas de la provincia, el Ecohuerto de Villoria de Órbigo ofrece la adopción de 700 cerezos y ciruelos en una finca cuya plantación data de hace cinco años. El promotor, José Alonso, es «hijo» del campo aunque en los últimos diez años se había dedicado a trabajar como cuidador en una residencia. Este es el primer año que los cerezos dan «fruta de verdad». Los ciruelos fueron más madrugadores. «El primer año celebramos la floración con el domingo tortillero», recuerda.

El objetivo de las adopciones es garantizar la compra de una parte de la producción anual desde el punto de vista económico y dar la oportunidad a las personas adoptantes de disfrutar recogiendo su propia fruta.

A cambio de 250 euros el adoptante tiene derecho a la producción de un árbol, que ahora se estima en diez kilos de cerezas o ciruelas. La finca tiene 2,5 hectáreas y 700 frutales. El objetivo de este proyecto empresarial es tener «un adoptante por árbol». De momento medio centenar de personas, la mayoría de León capital, participan en la experiencia. «Tebenos el 20% de la producción vendida y cobrada», apunta Alonso.

«El apadrinamiento es un sistema idóneo para las personas de la ciudad, donde es muy difícil tener un huerto propio», explica Tello González, quien se entusiasmó con la iniciativa porque «estoy inválido, yo no lo podría cultivar y aquí tengo la posibilidad de disfrutarlo». Se lleva la fruta y la comparte con la gente de la residencia.

El laboreo de la finca es mínimo y está adaptado al reglamento de agricultura ecológica. Cada año es supervisada por la Junta para mantener el sello ecológico. «No uso herbicidas, ni insecticidas ni abonos químicos», recalca Alonso.

Los adoptantes se llevan la fruta «en el momento óptimo de maduración», una ventaja para el paladar, y toman conciencia de que «un árbol es todo un ecosistema, nunca está solo».

 

Prada a Tope otorga la Castaña de Oro 2010 a las 55 bodegas de la DO Bierzo

 
PREMIOS / Séptima edición del galardón.  La fundación reconoce la labor medioambiental, social, turística y económica
 
 A. Rosalina López / Ponferrada

La sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo está ubicada en Cacabelos. DANIEL

La Fundación Prada A Tope ha decidido otorgar su premio ‘Castaña de Oro 2010’ a las bodegas de la Denominación de Origen Bierzo. Con ello, la fundación quiere reconocer el esfuerzo y la labor “encomiable” de las 55 bodegas bercianas acogidas a la Denominación de Origen. “Su actividad y su esmerada atención hacia el viñedo contribuyen de manera significativa a cuidar de nuestro paisaje y nuestro medio ambiente, circunstancias que discurren paralelas a los objetivos principales de la Fundación”, señalan en un comunicado de prensa.
El premio también reconoce que las bodegas bercianas, pues a través de su actividad productora, también “fomentan la sostenibilidad, ayudan a fijar población, crean puestos de trabajo y generan riqueza que revierte en la propia comarca”. Gracias a todo esto, la Fundación Prada a Tope considera que se está consiguiendo “de manera palpable, y no virtual, el desarrollo de nuestros pueblos”, especialmente de aquellas poblaciones situadas en zonas rurales. Además, contribuyen a que el nombre del Bierzo“suene ya en muchas partes del mundo”.
La Fundación Prada a Tope entregará el premio Castaña de Oro 2010 al Consejo Regulador de Origen Bierzo como organismo aglutinador de las 55 bodegas bercianas acogidas bajo este sello de calidad y que, desde su constitución, “viene ocupándose de la proyección de nuestros vinos, tanto a nivel autonómico como nacional e internacional”.
El acto tendrá lugar en la tarde del día 25 de febrero en el Palacio de Canedo. Al mismo está prevista la asistencia de autoridades provinciales y comarcales, así como destacados profesionales del mundo del vino y periodistas especializados.
El Premio Castaña de Oro, que este año celebra su séptima edición, pretende reconocer a aquellas personas o instituciones bercianas y leonesas que, a través de su labor profesional, artística y demás, ayudan a difundir el nombre de la comarca, colaboran de manera significativa en su promoción y perseveran en la conservación del medio natural.
El año pasado recibió este premio el pintor cacabelense José Sánchez-Carralero y, en ediciones anteriores, lo recibieron el músico Amancio Prada, los periodistas Feliciano Fidalgo y Luis del Olmo, y los escritores Antonio Pereira y Raúl Guerra Garrido.