¡A matar judíos…a limonadas!

limonada

No se asuste el que visita por primera vez  El Bierzo estas fechas y escuche esta frase en cualquier bar. Aunque parezca una expresión políticamente incorrecta y xenófoba, es la que se utiliza en León y provincia. La podemos oír en época de Semana Santa para indicar que se va a “limonadas”, bebida típica muy apreciada por muchos de nuestros visitantes.

Por ello, todos los años los días previos y durante la Semana Santa, la gran mayoría de los bares cuelgan carteles en los que se lee “hay limonada”, donde las gentes de la provincia leonesa y los turistas pasan el día entero “matando judíos”.

La expresión es de origen incierto, no existe ningún documento ni escrito que revele su significado, y ha llegado hasta nuestros días por tradición oral desde la Edad Media.

En esa época las relaciones entre entre judíos y cristianos eran difíciles y complicadas. Así, en los reinos de Castilla y León eran habituales ataques contra las juderías por cristianos armados con palos, guadañas, hoces y espadas.

Se cuenta que durante las celebraciones de Pascua, el Viernes Santo, los cristianos de la ciudad de León bajaban a la judería, junto al barrio Húmedo, para vengarse de los judíos, a los que consideraban responsables de la muerte de Cristo. Las autoridades, alarmadas, para evitarlo, decidieron permitir una suave bebida alcohólica en las tabernas del camino, con la que se emborrachaban y desistían finalmente de sus intenciones. Esta bebida era la limonada; originalmente vino tinto rebajado con agua, limón y azúcar. Esto era un hecho excepcional, pues en Pascua era tiempo de abstinencia y ayuno, y las bebidas alcohólicas estaban prohibidas.

Se podría datar históricamente la expresión en el año 1306, cuando Felipe IV publica el Real Decreto que supone la expulsión de los judíos. “Limonada que trasiego, judío que pulverizo” es un posible origen de la expresión que por transmisión oral llegó hasta nuestros días evolucionada como “matar judíos”.

Por todo lo anterior, esta expresión suponía simbólicamente la “venganza” que por la muerte de Cristo se tomaban los cristianos, y en la que  por cada vaso de limonada que se tomaba se asimilaba a la muerte de un judío.

El Apalpador, Apalpabarrigas o Pandigueiro.

el apalpabarrigas

Un personaje antiguo tipico de la navidad en la comarca de El Bierzo es el Apalpador, Apalpabarrigas o Pandigueiro,es la figura mítica de un carbonero que según la tradición baja la noche del 24 de diciembre o 31 de diciembre a tocar el vientre a los niños para ver si han comido suficientemente durante el año, dejándoles un montón de castañas y eventualmente algún regalo, deseándoles que tengan un año nuevo lleno de felicidad y comida. Hay algunas tonadas y canciones populares relacionadas con este personaje que han llegado hasta nuestros días y que son cantadas en las «noches de apalpador» para advertir a los pequeños de la llegada inminente del Apalpador y de la necesidad de que se vayan a la cama.

Hoy es día de Navidad,
día de Nuestro Señor
id corriendo a la camita
que va a venir el Apalpador.
·············
Hoy es día de Navidad
vete niñito a la camita,
que va a venir el Apalpador
a palparte la barriguita.
·············
Hoy es día de Navidad,
que habrá una gran nevada,
y vendrá el Apalpador
con un montón de castañas.
·············
Por aquel bosque,
que ya ven alumbrando,
el señor Apalpador
para daros el aguinaldo.

Los mayos humanos volvieron a celebrar su rito ancestral por las calles de Villafranca

http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=524864

La singularidad de la celebración villafranquina participa hoy en una muestra gallega en Orense 

02/05/2010 dl | ponferrada 

Los villafranquinos, vestidos con cañaveiras, saludaron ayer a la primavera. Ana f. barredo

Cumpliendo las raíces más ancestrales, Villafranca del Bierzo volvió ayer a celebrar los mayos, un singular espectáculo que destaca en el noroeste de la Península. Los vecinos de Villafranca volvieron a vestirse con la cañaveiras para recorrer las principales calles de la localidad e ir picando en las casas para pedir viandas a los vecinos, principalmente castañas.

Sobre las once de la mañana comenzaron a vestirse estos mayos humanos que después se concentraron en la plaza Mayor de Villafranca del Bierzo. En los pueblos donde aún se conserva esta tradición para dar la bienvenida a la primavera se suelen vestir monigotes que se cuelgan de una cucaña, los mayos villafranquinos no son personajes, si no mozos vestidos con ramas.

Hoy mismo, los mayos villafranquinos repetirán el ritual y se desplazarán hasta Orense para participar en una muestra de mayos gallegos

Culto a la castaña y al buen vino

Desde el día de Todos los Santos hasta finales de noviembre, numerosas localidades de El Bierzo celebran el Magosto

 

Publicado en el Norte de Castilla. 30-10-2009 SERGIO ÁLVAREZ
ESPAÑA-CASTILLA Y LEON-CASTAÑAR-EL TIEMBLO

La recolección de las castañas también es un momento importante del Magosto. / RAÚL SANCHIDRÍAN-EFE

Por fin es 1 de noviembre, día de Todos los Santos. Noche elegida en la ciudad para hacer algo diferente. Los más divertidos se disfrazan para seguir la tradición norteamericana. ¡Ya es Halloween! Los más tranquilos, en cambio, descansan y recuerdan a sus antepasados. ¡Dejad que descansen en paz! A nosotros, sin que sirva de precedente, ninguna de estas propuestas nos llama la atención. Vamos a adentrarnos en un mundo más misterioso y más desconocido. La arraigada tradición del Magosto, fiesta de la castaña. Llamada por igual Magosto, Magüestu, Magosta, Gaztainerre, Chaquetía, Castanyada o Calbote según se celebre en una u otra parte de nuestra geografía (también traspasa nuestras fronteras con el Magusto portugués), la fiesta recuerda los mágicos tiempos en los que la gente se reunía alrededor de cementerios e iglesias y mezclaba historias, anécdotas y recuerdos al cobijo de una agradable hoguera. De vuelta a nuestros días, la fiesta de exaltación de la castaña trata de recuperar esas amigables charlas que se han visto desplazadas por la rutina y el día a día de los grandes núcleos urbanos. La buena comida no falta, pues a las castañas se le añade la mejor carne de cerdo y el exquisito chorizo de las buenas y tradicionales matanzas rurales. En algunos lugares, incluso, acompañan el banquete con irresistibles frutas. Si a esto le añadimos los mejores caldos de la región nos encontramos con un convite único. La purificación que llevaremos a cabo en la hoguera hará el resto.
Pero la fiesta no se compone únicamente de comer y beber. También abarca la entretenida recolección de las castañas en el campo, la mística que libera este fruto al asarse (se compara su explosión en la hoguera con la liberación de un alma del purgatorio) y, en el noroeste peninsular, su estrecha relación con las meigas. Vamos, que no es que asuste, pero intriga. No es problema, para pasar el trago podemos disfrutar de las canciones y la lírica tradicional de la zona.
Las castañas, en El Bierzo
El Magosto en El Bierzo añade a esa lírica poética las leyendas y, de manera superlativa, una tradición por el fruto sin parangón en todo el país. Así, a uno le resulta fácil olvidarse de que es forastero y consumir la noche a un ritmo vertiginoso junto a la hoguera mientras escucha refranes clásicos como ‘Por San Martino, castañas y vino’ o ‘Por San Cipriano, la castaña en la mano’. Las horas se acaban y a la vuelta de la esquina el amanecer llama a la puerta. Antes, hemos de pasar por el ‘buen trago’ de una ‘refrescante’ queimada. Nos ayudará a seguir despiertos y a que las historias y los chistes no decaigan. Turno de las meigas, quizás, y del culto a la fecundidad. Noche redonda.
La llegada de un nuevo día despejará nuestra mente y, tras descansar un poco, la celebración continúa. Es el momento ideal para honrar al mejor castañero y almorzar en buena compañía. Más castañas, vino y buena carne. La historia se repite junto a la lumbre. Será mejor no mirar a la báscula…